Toma siempre las cosas más bellas de tu vida con serenidad
De un panal se derramó su deliciosa miel, y las moscas acudieron ansiosas a devorarla.
Y era tan dulce que no podían dejarla.
Pero sus patas se fueron prendiendo en la miel y no pudieron alzar el vuelo de nuevo.
Ya a punto de ahogarse en su tesoro, exclamaron: “¡Nos morimos, desgraciadas nosotras, por quererlo tomar todo en un instante de placer!”
Toma siempre las cosas más bellas de tu vida con serenidad, poco a poco, para que las disfrutes plenamente.
No te vayas a ahogar dentro de ellas.
Quién se deja guiar tan sólo por sus gustos, pudiera desbocarse en una vida de vaivenes y fluctuaciones de ánimo.
Más bien, necesitamos, precisamente ahora que nos preparamos para ingresar a un nuevo año, meditar y tratar de dirigir nuestras vidas a alinearse más y más con los planes de Dios.
De esa manera, aunque enfrentemos pruebas y algún descalabro, sabremos que vamos en la dirección correcta… camino a bendición (tanto personal como compartida con otros).
Vamos, vamos, no seamos como las moscas… aprendamos de la fábula de hoy.
Adelante y que el Señor les bendiga.
‘Y he dicho: Os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que mana leche y miel.’” Exodo 3:17.
De los labios de la adúltera fluye miel; su lengua es más suave que el aceite. Proverbios 5:3.