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Los Mitoteros

Desde hace más de 35 años los jornaleros agrícolas han sido la nota informativa más importante para los distintos medios de comunicación (electrónicos e impresos), tanto locales como foráneos, debido a asuntos como la pobreza extrema, la explotación, los bajos salarios, y la falta del cabal cumplimiento de sus prestaciones sociales.

Sin embargo, ninguno de los medios de comunicación se ha detenido a realizar una investigación más profunda sobre los trabajadores del campo, quienes un día sí y otro también, exhiben (mediante plantones, marchas, bloqueos de la carretera, y redes sociales) a los patrones de algunas empresas hortícolas y pequeños productores.

El movimiento del 2015 resultó ser el mejor detonante -políticamente hablando- para los partidos de izquierda. Esto fue debido al reclamo de un salario mínimo de 500 pesos diarios, el cual estaba por encima del 100% del salario mínimo aprobado y avalado por la Secretaría Federal del Trabajo. Esto reflejaba a todas luces que los empresarios hortícolas estaban imposibilitados para acceder a estas peticiones.

Las exigencias, actos de vandalismo, daños a edificios públicos, robos a tiendas y súper mercados, cierres de la carretera transpeninsular por varios días, los daños millonarios ocasionados a terceros, la otorgación de concesiones de taxis a los líderes aliancistas, y el ingreso de algunos a las nóminas de los tres niveles de gobierno, fueron producto de un movimiento que, en un inicio, recibió el reconocimiento de toda la ciudadanía en general, pero al que posteriormente le dieron la espalda cuando se desbordaron los ánimos y se descubrió que era un movimiento meramente político.

El nuevo municipio de San Quintín registra diariamente la salida de miles de jornaleros agrícolas hacia las labores del campo, unos con muchos años de antigüedad en algunas empresas, otros con menos tiempo, pero satisfechos de haber logrado formar profesionalmente a sus hijos y haber encontrado en esta zona, la oportunidad de ofrecerle mejores alternativas de vida a su familia.

En cambio, existe otro número que lucra con la ignorancia de sus paisanos, que le tienen alergia al trabajo del campo, y que se dedican a la grilla hacia las empresas para enfrentar a sus trabajadores. Esto lo capitalizan -políticamente hablando- en los procesos electorales, bajo la oferta de que mueven miles de jornaleros agrícolas.

Lo anterior ha llevado a que los gobernantes en turno les manifiesten temor y permitan que se manejen por encima de la ley en algunos casos, como la invasión y despojo de terrenos.

Algunos de los residentes nativos del nuevo municipio de San Quintín han expresado que se sienten extraños en su propia tierra ante la preferencia que tienen los tres niveles de gobierno hacia la comunidad indígena, proveniente de estados del sureste de la república mexicana, que han migrado sus usos y costumbres hacia un estado que tiene unos distintos a los suyos.

Los nativos dicen respetar los usos y costumbres de los migrantes, pues manifiestan que deben llevarse a cabo dentro de un marco de respeto, entre unos y otros al margen de la separación de clases que margina a unos y beneficia a otros.