INICIO

Ya somos municipio, sin municipio y autoridad.

El Presidente Municipal Armando Ayala Robles, dice que hasta el 2024.

Continuaremos dependiendo del Municipio de Ensenada.

Por: Rodolfo Guevara Cázarez.

Las emociones y los apapachos del Gobernador del Estado, Presidente Municipal de Ensenada y Diputados de la XXlll Legislatura del Congreso del Estado, resultaron la mejor barrera y cortina de humo, que llevaran a evitar cuestionamientos de ser un nuevo municipio, sin municipio en el valle de San Quintín, debido a nuestra dependencia hasta el 2024 del Municicipio de Ensenada.

El Presidente Municipal del XXlll Ayuntamiento de Ensenada, Armando Ayala Robles, declaro en días pasados a la consumación del nuevo Municipio de San Quintín, de nuestra dependencia como el nuevo municipio del Valle de San Quintín, hasta el 2024, resultando desdeñadas y sin análisis concienzudo de los grupos invadidos por el ánimo emocional, de resultar aprobada nuestra independencia, dueños de nuestro destino y desarrollo.

La búsqueda de la municipalización del valle de San Quintín, siempre mantuvo el estandarte de buscar un mejor desarrollo y dejar la dependencia del municipio de Ensenada, debido a que nos mantenía completamente olvidados y alimentándonos únicamente con migajas en obras de desarrollo social, lo cual nos ha mantenido con un subdesarrollo constante y en aumento.

En el desbordado ánimo de conseguir nuestra independencia como el nuevo municipio,  dejamos de lado que el próximo año del 2021, resultara un año electorero que pudiera cambiar el color partidista de los gobiernos estatal y municipal, lo cual puede llevar a un análisis de las maniobras  y procedimientos que se utilizaron para agilizar el proyecto de la municipalización de San Quintín.

La mayoría de los ciudadanos coincidimos en que el valle de San Quintín debería de municipalizarse con la finalidad de buscar un mejor desarrollo y ser los dueños de nuestro destino, sin embargo esto requería de integrar una agrupación civil, solida, incluyente, democrática, sin grupúsculos hambrientos de poder económico y político, comprometidos con la ciudadanía y con ganas de trabajar intensamente en la creación de la infraestructura necesaria.

Hoy en día necesitamos un verdadero despertar ciudadano, participativo, activo y de abandono de la indiferencia en que se encuentran sumergidos ante temas tan cruciales e importantes, para la búsqueda de un mejor nivel de vida para nuestras familias, como fue la municipalización del valle de San Quintín, que nace con tintes electoreros, más que apegados a la realidad y la razón.

Decidamos por nosotros mismos, y no dejemos que un pequeño grupo decida por nosotros, tengamos valor para exigir lo que realmente merecemos, exijamos a quienes integren el Comité Municipal Fundacional, de que no resulten “títeres” de gobernantes estatales, municipales, diputados,  políticos y candidatos.

De lo contrario estaremos igual o peor que antes de que alcanzáramos el rango del sexto Municipio de Estado de Baja California.

La declaratoria del nuevo Municipio de San Quintín, no representa ninguna garantía de que estemos mejor al continuar manteniéndonos indiferentes ante lo que hacen los grupúsculos de nuestra zona, hambrientos de poder político y económico.

Únicamente falta que al desprenderse el área territorial del nuevo municipio, nos etiqueten parte de la abultada deuda del XXlll Ayuntamiento de Ensenada, como parte de esa entrega que menciona el Presidente Municipal, Armando Ayala Robles, citando documentos y bienes materiales de inmuebles.

El pretender demeritar una crítica que nos ayude a una mayor reflexión y análisis del futuro que nos depara. No debe de incomodar y tomarla como enemiga del proyecto.

Y la pregunta es muy clara y precisa “porque debemos de depender por cuatro años del municipio de Ensenada”. Acaso no tendremos independencia al decretar al valle de San Quintín como el sexto municipio del Estado de Baja California.

Esto nos recuerda al “Juanito de la ciudad de México”, cuando el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador resultaba el jefe capitalino.