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¿Concejo Municipal Fundacional de San Quintín; represor ciudadano?

La sola mención de una presunta acusación hacia los manifestantes y huelguistas de hambre del Presidente del Concejo Municipal Fundacional de San Quintín, Jorge Alberto López Peralta, nos induce a pensar, reflexionar y analizar que estamos ante un ente público represor, vengativo y de ignorancia hacia el sentir de los ciudadanos, como si estuvieran al frente de una empresa de su propiedad.

De que otra manera debemos de entender el empecinamiento de un presidente de un concejo, que opta por encabezar una feroz cacería legal y publica ante quienes no comparten su manera de manejar un organismo público, que le cuesta a los propios ciudadanos y este debe de estar para atenderlos y servirles, lo cual equivale a estar inmerso en un nuevo Municipio de la “Ley del garrote”.

Lo mayormente lamentable resultaría que estemos ante un Municipio sin ley, bajo el dominio y capricho de unos cuantos hambrientos de poder político y económico, sin embargo en Proverbios 10: 11, expresa que el Manantial de vida es la boca del justo, pero la boca de los malvados oculta violencia.

Aun cuando los manifestantes e integrantes de la huelga de hambre, claudicaron por cuestiones de salud y las veladas amenazas de fincarles un delito para atemorizarlos, lo cierto también es que evaluaron esa falta de apoyo ciudadano para buscar el bien común de todos los residentes del nuevo Municipio de San Quintín, sin embargo como dice en otro apartado de la biblia en Proverbios 11: 3. La integridad de los rectos los encaminará; Pero destruirá a los pecadores la perversidad de ellos.

En ocasiones pensamos que todo el esfuerzo en beneficio de todas nuestras familias resulto en vano, nos ignoraron, nos abandonaron y caímos ante el sometimiento de quienes se han enseñoreado en ello, como pudiera ser el caso del Presidente del Concejo Municipal Fundacional de San Quintín, Jorge Alberto López Peralta, sin embargo nos queda la sabiduría de entender que  la justicia del perfecto enderezará su camino; Mas el impío por su impiedad caerá.

Tiempo al tiempo. La función pública y la política es como la rueda de la fortuna, a veces andas arriba y a veces andas abajo, incluso algunos de estos personajes llegan al grado de andar pateando botes.