INICIO

Duele, pero es necesario decirlo

Nuestra publicación del día de ayer viernes 09 de abril del presente año, denominada “los despreciados del nuevo Municipio de San Quintín”, sin duda alguna que les causó molestia, desagrado e irritación de la piel algunos personajes demasiado sensibles, así como algunos otros que se sueltan comentando en las redes sociales sin conectarse el cerebro.

Y esa publicación está al margen de criticarlos por criticarlos, sino de invitarlos a que cuiden su imagen y valoren sus atributos en materia político electoral, ya que deben de entender que están tan vistos en estos menesteres que son presas fáciles de la crítica, escarnio público y de la burla de algunas personas, que son demasiado dadas a los chascarrillos.

Deben de entender también que “no son los únicos” a quienes no les han hecho justicia los partidos políticos en los que militaron y de nuevo ingreso, ya que en estos están atrincherados los cotos de poder, mafias políticas y de familias.

Solamente basta ubicar cuantos han ocupado candidaturas a diputaciones locales hasta en tres ocasiones, ya sea locales o federales, lo cual limita obviamente la participación de nuevos rostros, entre lo que destacan los talacheros de los partidos políticos de todos los tiempos.

Es necesario tener dignidad y calidad moral ante esta jauría de mafias políticas, familias y cotos de poder que dominan algunos partidos políticos, dejando de lado las palmaditas y  las falsas promesas, ya que esto también perjudica a quienes les sirven en el convencimiento del electorado.

Citar nombres de personajes que son consideradas “vacas sagradas de los partidos políticos”, no lo consideramos necesario ya que hasta los niños de preescolar los ubican perfectamente debido a que de manera frecuente aparecen como candidatos hacia equis posición de elección popular.

No se me irriten mis queridos talacheros de los partidos. No les hagan el caldo gordo a quienes únicamente los utilizan. No vendan su capacidad de convencimiento por migajas, y lo más importante cuide su dignidad y calidad moral como personas públicas.