Ya somos municipio, y ahora qué.
Inundados de fraccionamientos irregulares con acaparamiento de terrenos.
Miles de terrenos sin pago de impuesto predial.
Por: Rodolfo Guevara Cázarez.
La municipalización del valle de San Quintín, resulta un hecho consumado y anunciado anticipadamente por la Comisión de Gobernación Legislación y Puntos Constitucionales del Congreso del Estado, que preside el Diputado Juan Manuel Molina García, aun cuando falta que en la reunión programada para el 12 de Febrero en esta zona, la mayoría de los diputados voten por la aprobación.
Sin lugar a dudas que no habrá ninguna objeción de la mayoría de los diputados, principalmente de los de MORENA; para que el proyecto de municipalización del valle de San Quintín, ya resulte una realidad que nos lleve a tener el primer Ayuntamiento en el 2024, que guie el destino, desarrollo y futuro de una región con una barbaridad de problemas.
De acuerdo a los especialistas en estos temas, adolecemos de una serie de infraestructura necesaria para evitar tener un municipio “miserable”, que es precisamente lo que ha llevado a un reducido grupo de personas a la búsqueda de este proyecto, con la finalidad de salir del estado de abandono en que nos encontramos por los tres órdenes de gobierno.
Uno de los principales y primordiales aspectos para el sostenimiento de un nuevo gobierno municipal es el pago del impuesto predial, que de acuerdo al informe que proporcionara el día de ayer el alcalde Armando Ayala Robles, tenemos un rezago de 80 millones de pesos, y que el año pasado se captaron 35 millones de pesos, además de otros cinco millones por concepto de impuestos diversos.
También informo que de los gastos operativos de las delegaciones municipales que formaran parte del nuevo municipio, tienen gastos operativos por el orden de los 50 millones de pesos, lo cual nos deja un déficit de aproximadamente 10 millones, que bien podrían resultar subsanados con una cultura y responsabilidad del pago de este impuesto.
A esto debemos de aunarle miles de terrenos acaparados por familias en fraccionamientos irregulares, que únicamente tienen de engorda para su reventa cuando ya aumenta su plusvalía, sin que estén empadronados en el régimen municipal encargado del cobro del impuesto predial.
Y esto ilusiona a los promotores del proyecto de la municipalización para sustentar que el nuevo municipio de San Quintín, tendrá los ingresos necesarios para su sostenimiento y la búsqueda de un mejor desarrollo.
Por años el estandarte de la extrema pobreza de un porcentaje de los jornaleros agrícolas que habitan en esta región, provoco una cultura del paternalismo que los llevo a la exigencia de apoyos económicos destinados a fondo perdido, servicios exentos de pago, invasión de superficies de terreno, apoyos para la edificación de vivienda, lo cual pudiera ser un hándicap en contra en la captación exitosa del pago del impuesto predial.
De acuerdo a una pequeña investigación realizada en algunas colonias populares del valle de San Quintín, la información que les ha fluido hasta la fecha de los beneficios que les arrojaría el alcanzar el rango de municipio, es que estarían, mejor, que habría más empleo y que tendrían un mejor desarrollo, sin que estén enterados de la carga tributaria municipal que también les generara.
Quizás a esto se deba que el día de hoy apareció una noticia en un medio impreso de la ciudad de Ensenada, donde los integrantes del comité de municipalización llevaran a cabo una serie de reuniones informativas, que tiene como finalidad hacer una conciencia ciudadana para el pago del impuesto predial, que resulta fundamental para el sostenimiento y desarrollo del nuevo municipio de San Quintín.