Grupo paramédico MANNOS, entre lo político y social.
El enemigo invisible pretende destruirlos.
La integración del grupo de paramédicos “MANNOS”, desde sus inicios estuvo plagada de enemigos y traidores, afines a grupos de operadores políticos con la finalidad de tomar este estandarte que los llevara a manejar algunos grupos ciudadanos, que siempre estuvieran dispuestos a estar al servicio de su operatividad proselitista.
Existen nombres, rostros y evidencias graficas del accionar de estos detractores y traidores, que siempre estuvieron en desacuerdo en que estuvieran al frente de este grupo de paramédicos Rubén Reyes y Verónica Sepúlveda, los únicos que han desafiado todos los obstáculos con la finalidad de mantener activa esta agrupación y la unidad motriz que sirve de ambulancia, para la prestación de atención en casos de accidente y de enfermos de gravedad.
La salud y emergencia de las personas en casos de accidentes deben de estar exentas de cuestiones políticas, chismes del pueblo y grillas de grupos, como le viene sucediendo al grupo de paramédicos “MANNOS”, bajo la simple y sencilla razón de que tienen la responsabilidad, dos activistas sociales y comunicadores, que únicamente dicen la verdad.
Sin demeritar la actividad altruista y humanitaria de los jóvenes que desplazaron del boteo al grupo de paramédicos “MANNOS”, considero que existen otros métodos y acciones que pueden llevar a la recaudación de recursos económicos, para ayudar a una persona de la tercera edad, que viene atravesando por serios problemas de salud y de recursos económicos, como un evento artístico y cultural, un sorteo, solicitudes de apoyo a Diputados y Regidores, que tienen una partida de recursos económicos para apoyar a personas con este tipo de necesidades.
El sentido común y la razón nos lleva a evaluar que la actividad de la unidad de paramédicos resulta permanente y requiere de allegarse de recursos económicos ante la falta de apoyos oficiales, como ya lo han dado a conocer públicamente quienes desde sus inicios están al frente de la operatividad y permanencia de esta agrupación.
El opinar sin conectarse el cerebro demuestra que se requiere de lo más elemental, para poder asumir el perfil de comunicador
Rubén Reyes y Verónica Sepúlveda, resultan comunicadores que hablan de manera cruda y real de algunos acontecimientos políticos y sociales, lo cual provoca el surgimiento de detractores y traidores hacia su persona.
A esto debemos de sumarle un enemigo invisible, pero que es visible para quienes acumulamos varios años dentro de la actividad periodística, ya que fácilmente lo podemos detectar entre nosotros aunque se escude en una máscara y el anonimato, debido a que todos cometemos errores que nos lleven a nuestra identificación.
Dentro del gremio periodístico existe una gran cantidad de columnas que están avaladas por seudónimos y que son alimentadas por la filtración de la información de personajes como el de mayor chisme del valle de San Quintín, denominado “DENUNCIA CIUDADANA” con los nombres falsos de Maximiliano Rochin y Vicente Bahía, quien por cierto lleva el apellido de una agrupación ciudadana.
Más que criticar y pretender destruir una agrupación de paramédicos, debemos de usar el sentido común y la razón.